domingo, 8 de enero de 2012

Saltando en la red

Me sigue sorprendiendo la identidad que se llega a dar en los progenitores alienados, la machacona constatación de que en la mayoría de casos se experimentan los mismos sentimientos, las mismas dudas, el mismo resultado. A modo de ejemplo, una conversación en la red, la propia caída sin red:

Es durísimo. como padre, tener que "enterrar" a tus hijos para poder seguir viviendo. El duelo no puede ser eterno porque acaba destruyéndote y entonces sí que está todo perdido. Llega un momento en que hay que tirar la tolla, confiar en Dios y esperar un milagro.

Lina Serra pensaba que lo llevaba bien y me acabas de romper el corazón con tus palabras!!!! Nunca podré superar la ruptura...
Antonio Cabrera Salamanca He publicado este pensamiento como parte de la respuesta a un amigo que se quejaba amargamente de cómo había empezado el año sin poder ver a sus hijos en un punto de encuentro familiar, como desvergonzadamente los llaman. Y por si esta reflexión, que vengo haciéndome hace tiempo pero que aún no he tenido valor de poner en práctica, puede servir a otras víctimas del SAP. Yo llevo cinco años sufriendo este drama y aunque por naturaleza soy un luchador, sé que esta situación no puede continuar eternamente. Acabará por destrozarme física y psicológicamente y entonces seré inservible para todos: para mí mismo y para mis hijos. Un dolor tan inmenso, tan continuado y tan gratuito, tan falto de esperanza, es inasumible; acaba por destruirte literalmente. Es peor que la muerte física de tus hijos, pues no te queda ni la esperanza del reencuentro en la otra vida, o el consuelo de que su ausencia no ha sido voluntaria. Todos sabemos que la única posibilidad de salvación de un SAP ya instalado es quitar la custodia al progenitor alienador para, con la convivencia, intentar una terapia de reconversión afectiva del hijo alienado transformando el odio que se le ha inculcado -y que ya siente como propio-, en el amor desaparecido. Algo impensable con nuestros tribunales de "Justicia" que ni siquiera reconocen el SAP como fenómeno y mucho menos, por tanto, como un crimen monstruoso -acaso el mayor de todos- contra la infancia.
Soy consciente de que "enterrar" afectivamente a tus hijos es durísimo -lo más duro que le puede pasar a un padre o madre alienados-pero debemos pensar también un poco en nosotros mismos; aunque sólo sea para poder serles útiles a nuestros hijos alienados si se produjera un milagro. ¡¡¡Ojalá estuviera equivocado!!! Un abrazo fuerte, Lina.
Angela Martin Martin Apreciado Antonio, confió en que nos veamos pronto. Compartimos charlas con la ocasión del segundo congreso Internacional SAP, junto con otros amigos, tales como el Juez Serrano, Cabanillas.... Un abrazo muy sentido y lleno de afecto.
Mar Vallinot Los milagros ocurren, te lo digo yo estoy en pleno reencuentro con mi hijo. Y tienes razón tenemos que cuidarnos nosotros porque si se produce el milagro (que en algunos casos se produce) debemos estar ahí siendo útiles a nuestros hijos. Un abrazo
Lina Serra Antonio, gracias por tus palabras. En estas fechas los sentimientos todavía están más a flor de piel. Mi familia sigue partida en pedacitos. Aunque intentemos ser fuertes, seguir, vivir, nunca les olvidaremos. Abrazos para todos
Paquita Dominguez Antonio...me has hecho saltar las lágrimas !!... Nuestra vida respecto a nuestr@s hij@s, después de toda la lucha... ya está a la espera de que se produzca ese "milagro"... Un abrazo fuerte...!!
Antonio Cabrera Salamanca Gracias Lina, Mar y Paquita por vuestros comentarios. Siento poneros tristes pero el dolor y la desesperanza no deben acabar con nosotros. Siempre querremos a nuestros hijos pero por nuestra salud psicológica -y física- creo que no debemos compadecernos eternamente, ni revolcarnos en un sufrimiento sin fin tan espantoso. Después de haber hecho todo lo que humanamente es posible por recuperar a nuestros hijos sin ningún resultado, creo que no hay más remedio que ponerle fin para poder seguir viviendo. De lo contrario acabará por destruirnos: estoy convencido que se puede morir , literalmente, de pena. O enloquecer. Los plazos para poner fin a la agonía tiene que fijarlos cada uno; cada persona es un mundo. Esa es la lección que yo estoy sacando de todo esto. No quiere decir que tenga razón; es como yo lo veo.
Antonio Cabrera Salamanca Querida Angela: Claro que recuerdo las jornadas del Congreso y nuestras largas charlas después de las sesiones. Contigo, con el juez Serrano, con Cabanillas... y el resto de amigos. A ver si es verdad que nos vemos pronto. Que tenemos muchas cosas que contarnos, compañera del alma, compañera, que diría el poeta : -)
Un abrazo fuerte y mis mejores deseos para el Año Nuevo.
Paquita Dominguez Efectivamente...yo soy hija alienada y estoy convencida que mi padre murió de pena...totalmente !! (para él fue una vida tormentosa, era su "niña", pero se iba deteriorando física y psicológicamente). Él, siempre decía: "No tengo miedo a la muerte... sino a la vida”. Para mí, mi padre era un completo desconocido, pero Dios quiso que se produjera ese tan ansiado "milagro" por el cual luchó hasta su fallecimiento... y fue entonces cuando sucedió. ¡¡ Quiero a mi padre a morir, es mi ángel... lo "siento" desde que se fue como nunca me dejaron "sentirlo", lo tengo aquí a mi lado por siempre...aunque él ya no pueda verlo...Dios existe.... Aunque, lo más triste es que se hizo tarde. Pero más triste
Antonio Cabrera Salamanca Ahora es cuando se me saltan a mí las lágrimas, Paquita. Ufff!!!! Un abrazo.
Paquita Dominguez Así es lo que siento en lo más profundo de mi corazón !!... Tengo mucho miedo a no poder ver ese "milagro" en vida.. (he colgado un vídeo de uno de mis poetas preferidos) a l@s padres/madres que sufren la "ausencia" o "estado vegetativo emocional" de sus hijos involuntariamente...!! Un abrazo y un beso muy fuerte...
Míse Mise Mise yo también fui hijo alienado Paquita... y mi padre también murió de pena...además solo en un albergue...al igual que tu es mi ángel y aunque pueda sonar extraño al morir yo decidí que fuera incinerado...ahora espera en mi casa a mi muerte donde nos mezclaremos y nunca nadie mas podrá separarnos...
Paquita Dominguez Esto es como el dicho aquel: " Dos no discuten si uno no quiere"...pues nosotros tenemos que aplicarnos la regla: "Mientras nosotros vivamos...su "ausencia" habita en nosotros, disfrutemos en vida de ella...dos no se "separan" si uno no quiere"...
Paquita Dominguez Mis hijas son alienadas por mi ex y mi madre (mi propia famillia)!! Porque las personas que "malquieren" nunca soportarán que "brilles"... Esto es como el cuento de la  luciérnaga y la serpiente...!!
Jose A. Perez Antonio, al final no has tomado una decisión: la han tomado por ti. Esa es la paradoja del proceso alienador que culmina en la ausencia radical, completa y quizá definitiva de la relación familiar. Pero no somos los apestados quienes decidimos, es la propia alienación severa o grave que padeces, que padezco. Como tú mismo, también yo he llegado (o casi, siempre hay que decir casi porque el rescoldo de aquel fuego siempre perdura) a esa estación de término donde ya no pasa ningún tren. Pero no es una decisión mía, es una constatación que he negado durante tanto tiempo hasta percatarme de una realidad inexorable. Cuando ya las esperanzas comienzan a ser una fantasía que poco a poco deja de abrirse paso en nuestra mente nos acostumbramos a una ausencia que antes nos abrumaba. Y no es una decisión, es una resignación que apenas duele ya. Es el tiempo de abrir las manos tanto tiempo apretadas en un puño lacerante, airear la casa tras el invierno de desprecios que ya parecen lánguidas pesadillas. Llegar ahí tiene su mérito, otros no superan el embate y quedan atrapados en un bucle que sólo amarga el resto de sus días. Aunque, qué pena, la sombra del recuerdo sólo se disipará cuando nuestra última neurona deje de trabajar. Y ese día, certus an incertus quando (disculpa la pedantería pero el latinajo es muy preciso) ya nada importará, salvo nuestros genes y cromosomas esparcidos en el tiempo y en el espacio de nuestros hijos perdidos en su vida por cientos de generaciones.
Jose Manuel Moreno Martinez Antonio, preguntas qué más se puede hacer. No lo sé, quizás esos hijos alienados que han respondido a tu certero lamento, nos podrían decir lo que
les hubiera gustado a ellos que hubiéramos hecho.

Los “expertos” nos dicen que es muy importante no perder el contacto con nuestros hijos, por mínimo que éste sea. Se trataría de enviarles un
mensaje, directo o indirecto, de que estamos ahí, que nos preocupamos por ellos, y que nunca los abandonaremos.

Yo he intentado seguir este consejo desde hace nueve años, aparentemente
sin éxitos visibles. Estuve ocho años intentándolo, en Alemania, por la vía Judicial, incluso llegando al Tribunal Constitucional, y al Tribunal
Europeo de Derechos Humanos. Esto es un arma de doble filo, porque por una
parte mis hijas eran conscientes de que existía; incluso tuve la
oportunidad de verlas brevemente tres veces en los Tribunales, pero por
otra, la presión alienadora, en este caso de la madre, y el chantaje emocional, se multiplicaban por infinito.

Hace ahora exactamente un año, totalmente exhausto física, moral y económicamente, abandoné la vía Judicial. Actualmente sigo una vía mucho menos traumática para ellas, y para mí, que nunca he dejado de ejercitar desde el primer día. Podríamos llamarla la vía clásica, a través del envío regular de cartas, regalos por las fechas señaladas, fotos, vídeos, etc.

Anteriormente decía que los mensajes pueden ser directos e indirectos. Si
yo viviera en la misma ciudad, a lo mejor se me ocurriría ir un día por
semana a la salida del Colegio, o en la acera de enfrente de su vivienda, con una pancarta que rezara. “¡Papá os quiere!”. O alguna otra genialidad que estableciera un contacto directo con ellas. Pero en mi caso, mis hijas
viven a más de 2000 Km, y en un País en el que desconozco prácticamente
hasta el idioma.

Por supuesto, si nuestros hijos leyeran nuestras cartas, y aceptaran
nuestros regalos, eso podría considerarse también como un contacto directo, pero sería una ingenuidad por nuestra parte creer que eso va a ser posible.
Los alienadores tendrán un alto componente paranoide, serán por definición malas personas, pero no son tontos. Saben que no pueden dejar ningún
resquicio por donde los hijos puedan llegar a conocer la monstruosidad que
han hecho con ellos.

Una de las cosas que se le enseña a un perro de guarda, es a no comer de
otra mano que no sea la de su dueño. Esos animales son capaces de rechazar
un jugoso solomillo de ternera. Aunque suene muy duro decirlo, eso es exactamente lo que hacen con nuestros hijos. Sé que mis hijas no abren las cartas, y se niegan a recibir mis regalos.

Desde hace 9 años solo coge el teléfono la madre, la cual hace el paripé, repetido hasta el infinito, de preguntarlas si quieren hablar conmigo. Me
sirve para oír sus voces, aunque la palabra sea siempre la misma. ¡Nein!.
Es el único signo, la única forma de saber que están vivas. Pero también me sirve para enviarlas un mensaje indirecto: Papá os quiere y nunca os abandonará.
Es posible que un día, quizás antes de que me muera, se dé el milagro de segunda mano, y cometa algún error.
José Manuel Moreno.

Míse Mise Mise Es que cuando se tienen hijos hay una serie de cosas que se deberían tener en cuenta, como que los niños no puedan cambiar de ciudad y mucho menos de país... es por su bien...si los adultos cometemos el error de hacer una familia con la persona equivocada, los niños no se separan.. no se debería permitir esa separación tan agresiva incluso en tu caso la lengua tan distinta que no sepas ni hablarla... a lo hecho pecho y si no que lo hubieran pensado antes... pero como la justicia no es más que una palabra bonita así nos luce el pelo.. incluso yo soy partidario que se diera una prueba de paternidad... para que luego después de los años no haya sorpresas..
Antonio Cabrera Salamanca Muchas gracias Jose Manuel y Jose Antonio por vuestros comentarios, tan afinados y llenos de empatía. También he visitado tu blog, Jose Antonio, y me parece magnífico. Me he permitido recoger un post (No quiero ir contigo) que me ha gustado especialmente y publicarlo en mi muro. Un abrazo y feliz Año Nuevo a los dos.

3 comentarios:

  1. jajajaja!! lo que todos ustedes no saben es el quien dice haber enterrado a sus hijos le hizo a la hija mayor una prueba de paternidad para no pasarle la pensión... siempre hay que saber de la otra parte antes de juzgar!!! que los mayores tenían en estas fechas 29 y 30 años!!!

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    1. Por pura casualidad leo tu respuesta siete años después. Mientes sin el menor pudor. ¿Cómo has podido ser tan miserable, tan ruin? Ahora ya no puedes engañar a nadie. Y menos, a Él.

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  2. ¡Cuánta razón llevas!
    La experiencia me ha demostrado que no nos podemos fiar de nadie que ande "llorando" por Internet sin haber escuchado también a la otra parte interesada.
    Hay mucho engaño por aquí, muchos depredadores disfrazados, mucho lobo con piel de cordero. Tengan cuidado, por favor.

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